Dejando atrás unos hábitos comunes, derribando de a poco los estándares de la sociedad, las costumbres arraigadas desde la infancia, de a poco; todo de a poco.
Cambiar los hábitos alimenticios no es solo eso, es cambiar de energía, cambiar de pensamiento. Cuando empecé con el vegetarianismo descubrí muchas alternativas al menú diario, me di cuenta que había muchas más combinaciones de sabores e ingredientes de las que yo conocía. Todavía no me despegué totalmente de la alimentación animal, pero de a poco lo estoy haciendo. Pienso que es mejor acostumbrarse e ir haciendo todo como fluye que obligarme a mi misma a cambiar de golpe. Dejé de comer carnes rojas en un principio, de a poco las blancas y hoy los único que sigo consumiendo son lácteos y huevos (mi desayuno diario ajajaja).
Al principio no sabía mucho sobre que podía comer aparte de milanesas de soja... Pero con los meses aprendí muchas recetas nuevas, fáciles y, algo importante, baratas! Este para mi fue un cambio muy importante, y además siento que estoy contribuyendo de una buena forma al mundo. Desde que empecé a ser vegetariana, también me concienticé mucho sobre la contaminación y sobre que podía hacer, aunque sean cosas mínimas, para aportar positivamente a la Tierra.
En fin, hoy estoy en camino al veganismo y me siento muy feliz y conforme con eso, es una nueva etapa en mi vida y me pone gusta saber que cuando quiero puedo hacer las cosas. Siempre vi bastante difícil el hecho de ser vegana y hoy veo que es a lo que me lleva la vida. Asique, suerte a mi en el nuevo camino que elijo para mi vida y espero que sea una buena elección.
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