Me enfermé solo
para que me des
un poco de tu medicina.
Elogié tu perfección
más de una vez
y rechazé todo eso
que la contamina.
Fuiste el orden en
el caos que es mi vida.
Y el motivo para
muchas poesías.
Le rogué a tu cielo
que me de otro sol
Me puse de rodillas
pero no cedió.
Me dijeron una vez
que nada es imposible
Y otra vez escuché
que no se puede ser libre.
Quedaron sobre la mesa
unas botellas de cerveza
un espejo y un vino viejo
Que nunca llegué a abrir.
Son cosas que quedaron pendientes
en una noche de abril.
Mi libertad con tus alas,
Tu felicidad y mis ganas.
Le rogué a tu cielo
que me de otro sol
Me puse de rodillas
pero no cedió.
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